domingo, marzo 07, 2010

(CINE) EN TIERRA HOSTIL, o la actualidad de la masturbación mental

El otro día delante de una cervezas un colega y yo discutíamos si las pajas mentales de los norteamericanos eran más profundas, largas y sin sentido que las de los europeos (últimamente los españoles tenemos gran experiencia en masturbación mental a través del cine de Isabel Coixet). No llegamos a ninguna conclusión, pues ambos exhibíamos ejemplos que dejaban la balanza de nuevo equilibrada. Cuando vi En tierra hostil me apresuré a llamar a mi amigo para decirle que la última pelicula de Kathryn Bigelow dejaba el peso definitivamente inclinado del lado norteamericano.

El argumento, que parece haber encandilado a la crítica y a parte del público, es la enfermiza adicción por el peligro de un marine norteamericano miembro de una brigada de desactivación de explosivos en Bagdad. Punto. El que quiera buscar algo más profundo deberá hacerlo en el fondo del mar, si lo tiene a mano. Claro, a partir de aquí, podríamos establecer las bases para un buen castillo aereo, por ejemplo: ¿es lícito alimentar la violencia de la guerra con jóvenes poseídos por el ansia de ella?, ¿las tropas norteamericanas están formadas por soldados profesionales o por pseudoadolescentes con ganas de botellón? ¿los mandos de estos soldados son tan retrasados mentales como suelen aparerer en las cintas de guerra o simplemente simulan su estupidez? También podemos hacernos preguntas que, a estas alturas de reflexión, considero más prácticas e interesantes: ¿a alguién le importa que haya en el mundo veinteañeros a los que les vaya la marcha abriendo bombas como si fueran latas de mejillones? o ¿las botas de los soldados norteamericanos en Irak sólo parecen Chiruca, o realmente son botas Chiruca? Puff. ¡Qué pereza!

Si la intención de Kathryn Bigelow, como parace que ha declarado insistentemente, ha sido mostrar la desnudez de la guerra de Irak, lo ha consegudo a medias. Si, como también ha dicho, pretendía quedarse fuera del conflicto y mostrar un aspecto humano de los hechos, ha bordado lo primero, pero yo no he visto ni rastro de humanidad en unos tipos demasiado esquemáticos y sin profundidad psicológica alguna. Quizá se queda tan al margen que no ha percibido lo que se oculta tras cada personaje. Quizá no ha sabido captarlo. Quizá, me temo, no haya nada que captar.

El guión está inspirado en la experiencia bélica del periodista Mark Boal. Por cierto, es curioso que sea el mismo Boal el que inspirara el guión de En el valle de Elah, película que deja a esta que comentamos en paños menores, en absolutamente todos sus apartados. Más que meritoria fotografía de Barry Ackroyd que filma sin digital. Equilibrada interpretación de Jeremy Renner al que ya habíamos visto de caqui (en el papel de Doyle) en 28 semanas después, de nuestro Juan Carlos Fresnadillo y, quizá en una interpretación más sólida, como Wood Hite en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford
La peli no da para más. Los oscars irán, con sorpresa para muchos, para la excelente Precious.

Francisco Linares

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