
Para el espectador poco exigente esta película podría quedarse en un film más de espías y nazis con un ligero regusto a dejá vú (es evidente el paralelismo del criminal nazi con Josef Mengele y nuestra memoria fílmica busca y encuentra películas de similar argumento). Sin embargo el espectador que indague un poco más encontrará una película bien ensamblada, que juega con los dos planos temporales con fluidez y equilibrio, el de la acción en Berlín, en 1966, y el de los protagonistas en la Israel de 1997. La trama principal se ve reforzada por la historia de amor frustrado de Sarah y David, que tiene un resultado trágico y que provoca parte del desenlace del film.
La parte quizá más interesante de toda la película es el relato que, en la parte central, se hace de los días de cautiverio a los que se ve sometido el médico nazi en el piso de Berlín donde es retenido. El ambiente clautrofóbico, la ansiedad creciente de Sarah ante el descubrimiento de su embarazo, la enrevesada crueldad psicológica del detenido y la frustración de David al descubrir que el hijo de Sarah es del tercer miembro del comando, Stephan, dan profundidad y justifican los acontecimientos finales de la película. Quizá el que uno de los guionistas sea Assaf Bernstein que dirigió la versión original, de nombre homónimo, en 2007, y que comprobó la solidez de la trama, contribuya de manera decisiva a la fortaleza de ésta. La fotografía en tonos acerados y azules de Ben Davis acompaña perfectamente el tono del film.
En cuanto a los actores quizá sea la joven actriz Romi Aboulafia la que encarne su papel (Sarah joven) de manera más efectiva, dotándolo de una mezcla de ternura y fuerza que hace creíble el personaje. Sam Worthington, que encarna a David joven, rescatado de la mediática Avatar donde batió el difícil record de ser más inexpresivo que su propio Naa'vi (avatar), sigue con sus maneras gélidas. Marton Csokas (Stephan joven), actor de más oficio, se eleva un poco por encima de sus dos compañeros. El trío de veteranos (los tres ingleses, curiosamente) que encarnan a los personajes en su edad madura son Hellen Mirren (Rachel), Tom Wilkinson (Stepan) y Ciarán Hinds (David). Impecables papeles de los tres destacando Ellen Mirren para la que, a estas alturas de su carrera, ningún registro parece resistírsele.
Un buen film para estas tardes de septiembre que van viniendo con un cine de tono más elevado que la basura adolescente que llena las salas en verano.
Francisco Linares
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